lunes, 19 de noviembre de 2007

LA PATRAÑA DE LA TRANSICIÓN

La denominada transición española, su espíritu,supone una nueva manipulación de la Historia, de la realidad, una nueva reinvención de la historia por parte de los vencedores, en defensa de intereses tan bastardos como miserables.
La mera denominación de 'transición' en su vertiente de tránsito entre regímenes diferentes es el comienzo del gran escarnio:
.-Con fecha 22 de julio de 1969,tras la aprobación de la ley de sucesión, Franco decide e impone a Juan Carlos como príncipe de España, como su sucesor.Franco ha decidido reinstaurar la monarquía, y dado que por línea sucesoria el trono le correspondería al padre del actual rey, hace una ley de sucesión a su medida y para que pueda ser su heredero el tal Juan Carlos.Éste no hace ascos a pasar por encima de su padre y delante del dictador jura las leyes fundamentales y los principios del movimiento, acepta la designación "...con la legitimidad política del régimen nacido del alzamiento del 18 de julio de 1936".
A partir de este momento, el individuo real estuvo presente en los actos públicos del régimen, a la sombra del generalísimo,corresponsabilizándose de sus actuaciones,sin que se le conozca ni una palabra en contra ni ante las muertes firmadas por el dictador.
A la muerte de Franco,20 noviembre de 1975, el rey vuelve a jurar las leyes fundamentales y los principios del movimiento delante de las cortes franquistas, las que le proclaman como rey de España, que reinará con el nombre de Juan Carlos I.
Desde la muerte de Franco hasta la promulgación de la constitución, es decir desde noviembre de 1975 hasta diciembre de 1978 es lo que, en sentido estricto, nos han vendido como LA TRANSICIÓN.
Para los que vivimos aquel momento y hablando en términos generales, fué un momento de cierto temor en cuanto a lo que pudiese ocurrir, de alegria por dejar atrás 40 años de dictadura, de esperanza, de un futuro de libertad y democracia.Un momento de incertidumbre pero de esperanza.
Lo anterior lo creo válido para la inmensísima mayoría.No así para los gestores del régimen y los autodenominados líderes de los partidos mayoritarios de izquierda.
Unos y otros sabían perfectamente lo que querían, y se pusieron manos a la obra en la tarea de encubrir,con algunas formas diferentes, la continuidad del régimen franquista sin él, pero sí con el'recadito' que había dejado.
El rey empieza a actuar como jefe del estado y decide que sea Suarez, antiguo secretario general del movimiento,el elegido, de una terna que le presentaron, para llevar adelante la tarea de aliño social que permitiese la continuidad de régimen, con los mínimos cambios imprescindibles para que fuese 'tragable' por la sociedad.
No queda más remedio que reconocerlo: rápidos fueron.En tres años pergeñaron una constitución más alejada de las formas y los principios de cualquier democracia que la tierra del cielo.Cierto es también que ya llevaban años negociando y repartiéndose el botín y, cierto es también, que el entreguismo de los dirigentes de los partidos de la oposición-especialísimamente-PSOE yPCE, estaban por la labor de aceptar cualquier cosa con tal de les asegurasen un buen sueldo como gestores de los intereses de los vencedores de la guerra civil.

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