domingo, 6 de enero de 2008

Un artículo en InSurgente de Carlos Tena 1.

En tanto, ante la Ley de la Memoria Histórica, una de esas estratagemas tardías e inútiles para lavar la conciencia de los socialistas, esos miembros de la Audiencia Nacional, deberían caminar con la cabeza hundida, pidiendo perdón a los afectados asesinados y a sus familias, que creían en el sufragio universal.
“Jódete, rojo de mierda, que a tu abuelo lo fusiló el mío, por hijo de puta y comunista”, gritaba en Madrid hace días a un joven anarquista un mozalbete del PP, que llevaba en la solapa una insignia con el yugo y las flechas, además de una foto del terrorista Franco en la mano derecha.
De momento, los que defienden el significado auténtico del término democracia van a prisión, pero los que asesinan impunemente dan conferencias. Exactamente igual que en los Estados Unidos de Norteamérica. Visto desde esa perspectiva, mayor avance democrático es imposible. Aunque tal vez, para poner la guinda a la película, sólo falta una escena en la que el monarca español, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, ordene la invasión de Venezuela, cuyo presidente, hace algunas unas semanas, le soltó alto y claro unas verdades que el Borbón, dando una lección magistral de mala educación, debería haber escuchado durante toda su existencia… si hubiera vivido en una verdadera democracia. Algo tan peregrino que, de momento, es como afirmar que los Borbones han formado, a lo largo de los siglos, una casta distinguida por la honradez, el buen sentido, la generosidad y el respeto a los ciudadanos.

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