Hola. Mire usted, me atrevo a escribirle esta carta con el ánimo de hacerle una serie de preguntas, y en la esperanza de que tenga a bien contestarlas. Quizá considere que mi nivel de ingenuidad raye lo patológico, pero, ¡que le vamos a hacer¡, a mis años me quedan pocas esperanzas de cambiar.
Vayamos directamente al grano: ¿Está usted de acuerdo que para poder definir una constitución como democrática, la soberanía, el poder de decisión, corresponde a los ciudadanos?.
Soy simplemente un individuo que me hago una serie de preguntas que no casan con lo que veo en la realidad de este estado, y una de ellas es que si los ciudadanos mandan, seran ellos, seremos, los que decidamos y conformemos las instituciones. Siendo esto así: ¿ como se puede comprender que una de esas instituciones, en el escalafón la primera, tenga carácter hereditario?.
Si le digo la verdad, la situación me parece más que obsoleta, que también, indigna. ¿ Está usted de acuerdo que una sociedad que acepte esta realidad no es una sociedad de ciudadanos libres, sino que es una sociedad de vasallos?.
Otra característica, entiendo yo, de una constitución democrática es la igualdad de ¡todos¡ ante la ley. Esta es la razón de que no pueda entender, ni harto de vino, que ninguna institución del estado , haga su ocupante lo que quiera, no se le pueda juzgar. ¿Se puede entender de otra manera la INVIOLABILIDAD de que goza la jefatura del estado en la misma constitución?. ¿Estamos hablando de igualdad ante la ley?. ¿ Es punible que alguien, por ejemplo yo, piense que esta realidad no es democrática?. ¿ hay que admitir que es verdad lo de 'sangre azul'?. ¿Es su sangre azul?.
Me va a perdonar, pero le quiero hacer ahora una serie de preguntas más prosáicas, dado que si es verdad que el marco que nos determina la constitución de 1.978 es democrático, estará usted de acuerdo que son lógicas.
¿ Cuales son sus funciones concretas y cuanto gana oficialmente por el desarrollo de las mismas?.¿Son públicas sus declaraciones de hacienda?. Propiedades, si las hubiera, que le han llegado por razón de su cargo, ¿volveran al patrimonio común, si usted ya no es jefe del estado?.
Quiero continuar, en aras a saciar mi curiosidad, preguntarle sobre algún aspecto de la realidad de estos tiempos. Desde la altura de esa jefatura: ¿ le parece normal,democrático que algunos de sus súbditos impidan a otros, teóricamente en el pleno uso de sus derechos, elegir y poder ser elegidos?.¿ Y la participación de otros de sus vasallos en invadir otros paises, masacrando, bombardeando a población civil?. ¿Que intereses de las personas y pueblos del estado defienden?.
Voy terminando. Le quiero hacer una pequeña reflexión y una última pregunta.
Vayamos con la reflexión: Admitamos que usted fue elevado a la jefatura del estado en un momento dado para evitar males mayores. Admitamos también que, en sentido estricto una constitución, todas las constituciones, son una foto fija de una sociedad, de la correlación de fuerzas existente en la misma, en un momento histórico concreto.
Nos encontramos a,prácticamente, treinta años de la promulgación de la misma: ¿cree que la sociedad del estado español del año 2007 es la misma que la de 1.978 ?.
Abur, como se dice en Aragón. Y a propósito, tenga usted la convicción de que no hay político profesional capaz de impedir saborear la maravillosa ternura de las montañas de mi tierra, ni la reciedumbre constante de sus ríos, ni la bravura luchadora de sus secanos.
En Zaragoza, Junio de 2.007.
Alejandro C. Ruiz.
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